La nueva aventura de la NASA explorará un mundo oceánico más allá de la Tierra. Dragonfly se anunció en 2019 con miras a un lanzamiento en 2027, sin embargo, se retrasó por cuestiones financieras. En una reunión del Grupo de Evaluación de Planetas Exteriores (OPAG) llevada a cabo en noviembre pasado, la jefa de ciencias planetarias de la NASA, Lori Glaze, reveló que existían dudas sobre la disponibilidad de fondos para los próximos dos años
Tras unos meses de incertidumbre, la NASA dio el visto bueno. El presupuesto de la agencia espacial para 2025 incluye $2.730 millones de dólares para la exploración robótica planetaria, con una parte significativa dedicada a Dragonfly. El costo total de la misión ha aumentado a $3.350 millones de dólares, lo que refleja los ajustes de diseño necesarios, los desafíos de la cadena de suministro relacionados con la pandemia y el uso de un vehículo de lanzamiento más potente para agilizar el viaje.
Esta misión no comienza de cero. Varios componentes clave, incluidos los sistemas de navegación y control, se han sometido a rigurosas pruebas aquí en la Tierra. El año pasado, los ingenieros pusieron a prueba un gemelo de Dragonfly en las dunas de California imitando el terreno de Titán.
«Dragonfly es una misión científica espectacular con un amplio interés comunitario, y estamos emocionados de dar los siguientes pasos en esta misión», dijo Nicky Fox, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
La agencia espacial aprovechará los datos de la sonda Cassini para llevar a cabo los aterrizajes en las zonas elegidas. El dron sorteará temperaturas que rondan los -179 °C una vez que aterrice en la superficie de Titán en diciembre de 2034.